La cosa es más o menos así: usted va pedaleando por ahí cuando se le acerca otro hombre en bicicleta. Él va vestido con lycra, guantes, casco, gafas; todos los distintivos de un ciclista dedicado. Además le pregunta a usted hace cuánto monta y por dónde le gusta salir a rodar y le dice que su bici tiene muy buenas partes y, casi sin darse cuenta, usted ha hecho un nuevo amigo.
Luego el nuevo amigo le propone un cambio de ruta: a veces le pide que lo acompañe «aquí a la vuelta», donde tiene las tarjetas para su negocio de accesorios para ciclismo o una camiseta que le va regalar para que se una a su grupo de ciclistas. En el camino hacia «aquí a la vuelta» su nuevo amigo se encuentra con «el primo», que está a pie y también piensa que usted tiene una bici increíble. Cuando usted ya está saboreando la publicidad o la camiseta de algodón que le han prometido, uno de sus dos nuevos amigos saca un cuchillo y su paseo en bicicleta se convierte en una caminata mientras su nuevo amigo y «el primo» se alejan con su bicicleta, que seguramente sí era increíble.
A veces ni siquiera hay armas involucradas: el primo simplemente quiere dar una rodada en esa bici tan increíble que usted se armó o su amigo quiere hacerle una exhibición de trucos, pero mejor en su cicla. Otras veces ni siquiera hay primo y usted puede quedarse con la bici de su nuevo peor amigo como premio de consolación.
Cita tomada de: www.vice.com