Ciertamente tenía algo de miedo y/o ansiedad. En primer lugar, había esperado mucho tiempo el momento de poder subir en bicicleta al Cerro Kennedy desde Minca y temía no lograrlo y dado que vivo muy lejos de allí, una nueva oportunidad se veía improbable. En segundo lugar, al ser un lugar remoto y además lejano de mi zona cómoda, me asustaba un poco tomar en soledad dicha ruta solitaria, frente a alguna caída o falla mecánica, además sin señal en el celular. En tercer lugar, el miedo natural al COVID, que resulta transversal a cualquier actividad humana fuera de casa por estos tiempos.
Bueno, como sea, por fin estaba allí, en Minca, corregimiento de Santa Marta, ubicado en las estribaciones de la mítica Sierra Nevada de Santa Marta, donde se encuentran los dos montes más altos de Colombia (el Cristóbal Colón y el Simón Bolívar, al mismo tiempo armónicos y rivales). Debo agregar que Minca es un lugar mágico; he estado allí 5 veces y espero estar muchas veces más.
Hacia las 7:30 am estaba terminando de alistar la bicicleta alquilada, la cual estaba aceptablemente bien. Ajusté altura de la silla, revisé funcionamiento de los cambios, aumenté presión de neumáticos, alisté agua y comida, empaqué herramienta y juego de despinchado, entre otros detalles. La tranquilidad de tener una póliza de salud y de accidentes personales con Seguros Beta ayuda a tomar el riesgo de manera más controlada. Igualmente, contar con un seguro de viaje y uno de bicicleta con Seguros Beta es un respaldo valiosísimo.
Antes de las 8 am inicié el recorrido. Desde el primer pedalazo la ruta fue exigente: calculo que más del 98% desde Minca hasta el cerro era en ascenso, cuyo promedio de inclinación es cercano al 8%. Los primeros 11 km fueron en vía cementada, lo cual hizo llevadera esta parte. Esto fue hasta el sector conocido como la Y, donde iniciaba un camino totalmente diferente, angosto, con piedras sueltas y lisas, mucha más inclinación, barro. Lo que había aprendido de ciclomontañismo en los últimos 6 años, tuve que aplicarlo allí, en los siguientes 19 km. Resbalones, golpes con piedras, salvadas de caídas, fuerza y habilidad en el manejo del manubrio, decisiones rápidas… ciclomontañismo a final de cuentas, un deporte que nos hace sufrir y sin embargo se hace amar.
Dado que se inició a cerca de 500 msnm y se terminó cerca de 2.900 msnm, se imaginarán la cantidad de paisajes diversos que se ven en la ruta. Sencillamente hermoso. A continuación algunas imágenes.
La estación San Lorenzo, cuya entrada verán en la siguiente foto, anunciaba que no estaba lejos. Y en realidad no lo estaba, dado que no faltaban más de 5 km. En distancia no es mucho, pero a la inclinación, que calculo de más de un 12% en promedio, dichos 5 km parecieron 100 km.
Me costó, a tal punto, que aproximadamente los últimos 2 km tuve que caminarlos. Lo acepto. No pude, sobre todo, con la piedra suelta y/o el suelo tan irregular. A eso de las 11:30 am, con el sol inclemente, cansado, con la bicicleta en la mano, llegó el momento sublime: a la izquierda comenzó a ser evidente el mar y la ciudad de Santa Marta; a la derecha comenzaron a ser visibles los picos nevados. Las fotos que muestro a continuación no tendrán nunca la capacidad de hacerme recordar la sensación que experimenté cuando vi ello con mis propios ojos. Tampoco puedo describirlo en palabras. Pero espero que se animen a conocerlo en persona. Algunas imágenes cuya calidad me deja en mora frente a ustedes, apreciad@s lectores:
Encantado, casi que con lágrimas en los ojos de la emoción de estar allá, de haberlo logrado, era momento de regresar. Afortunadamente, ya cansado, la gran mayoría del trayecto era en descenso. Eso sí, de mucho cuidado dado la inclinación y lo escarpado del terreno. Ocurrió algo que no es grave, pero sí es frustrante y quita tiempo; ver imagen a continuación.
Superado el daño en la rueda, seguí mi descenso. Aunque esta vez no entré a hacer la visita guiada, la cual he hecho 2 veces y volvería muchas veces más, sí me detuve en la señal que indica la entrada a la finca cafetera La Victoria, a cerca de 6 km desde Minca. Sirven allí un café espectacular y explican todo el proceso y muestran sus equipos centenarios en perfecto funcionamiento hidráulico por gravedad en su mayoría. ¡Recomendada!
Al final, llegando a Minca extenuado, me senté en mi sitio favorito de Minca a darme una buena recompensa: una taza de café con aroma a reto personal superado. Es a la entrada del corregimiento viniendo desde Santa Marta. Muy recomendado.
Para terminar, muestro la altimetría de la ruta y un mapa para mostrar la ubicación. El punto verde en el mapa es Minca, punto de inicio y de final de la travesía.
Recomiendo mucho esta ruta. Es un sitio precioso, tranquilo, de aire puro, de personas amables, de buen café, de abundante vegetación y melodiosa fauna. Lo mejor sería salir antes de las 7 am desde Minca dado que es lejos y ojalá en compañía de por lo menos una persona más. Llevar buen líquido, buena alimentación, haber dormido bien, ir con buen entrenamiento previo. Espero que vayan y ante inquietudes, no duden en contactar a Seguros Beta en los comentarios del blog, en redes sociales, en contactenos@segurosbeta.com o en Strava como “Biciseguros Seguros Beta”.