1. Los kilómetros
Es importante hacer un cálculo aproximado de los kilómetros que podemos llegar a recorrer con el coche antes de comprarlo. ¿Eres de hacer muchos viajes por carretera? ¿Te desplazas constantemente en coche? ¿Tienes opciones de utilizar otros medios de transporte? Tras responder a estas preguntas, tienes que ver si te compensa tener un coche de gasolina o de diésel. Por lo general, el diésel gasta menos en combustible pero los vehículos son más caros. Como norma general, por debajo de los 15.000 kilómetros al año te compensa más comprar uno de gasolina, pero si superas los 25.000 kilómetros anuales, apuesta por el diésel.
2. La carga
Cuánto más peso tenga el vehículo, más combustible consumirá. Durante las vacaciones es inevitable llenar el maletero pero, durante el resto del año, asegúrate de que tu coche no lleva trastos innecesarios. De esta forma, reducirás el consumo, además de mejorar la seguridad, ya que los coches más pesados reaccionan con mayor lentitud.
3. La conducción
Tu forma de conducir es muy importante. En primer lugar, al encender el motor del coche, no es necesario que pises el acelerador. Lo único que estarás consiguiendo es consumir más. Si tu coche es de diésel, espera unos segundos antes de arrancar. Cuando lo hagas, utiliza la primera marcha, pero cambia rápidamente a la segunda. Como sabrás, las marchas largas, consumen menos. De la misma forma, intenta evitar los acelerones bruscos. Conducir por carretera será más recomendable en tu caso, porque cuánto más mantengas la velocidad uniforme, menos combustible gastarás.
4. Apagar el motor
El motor encendido consume mucho. Siempre que puedas, apágalo. Por ejemplo, es una buena opción cuando estás en semáforos que duran mucho, o cuando hay mucho atasco en las carreteras.
5. Revisiones periódicas
No esperes a que tu coche te pida a gritos ir al taller. Haz una revisión periódica de todos sus componentes. Revisa el aceite, el anticongelante, los parabrisas, el líquido de frenos, los neumáticos, etcétera. Si sigues este consejo, tu coche funcionará mejor, será más eficiente, y se mantendrá en buen estado. Si todo está en regla, tienes menos posibilidades de sufrir algún imprevisto, que incrementa tu gasto.